Tejuino «Marcelino»: un lugar con casi 70 años de tradición en GDL
| |Si hay una bebida que define el sabor de Guadalajara, es el tejuino. Esta mezcla mágica de piloncillo y maíz fermentado crea un sabor único que cautiva a los habitantes de la ciudad. Y si estás en busca de una experiencia auténtica con esta deliciosa bebida, no puedes pasar por alto el Tejuino Marcelino, un verdadero ícono en la ciudad.
La historia de este lugar se remonta a 1955 cuando Manuel Ornelas comenzó su viaje en el mundo del tejuino en el barrio Capilla de Jesús. Su proyecto personal, Marcelino, pan y vino (en honor a la famosa canción), no tenía grandes expectativas. Sin embargo, la pasión de Manuel por esta bebida y la calidad de su producto pronto lo hicieron famoso.
Aunque el lugar no llevaba el nombre de Marcelino, pronto los clientes comenzaron a llamarlo cariñosamente «Don Marcelino». En la década de los sesenta, este pequeño rincón del tejuino se trasladó al Mercado IV Centenario, donde permanece hasta el día de hoy.
La pasión de Manuel, o mejor conocido como Don Marcelino, por el tejuino comenzó cuando recibió la receta de su tío Refugio. Abandonó su natal Zacatecas y su trabajo como minero para establecerse en Guadalajara y vender esta deliciosa bebida. Al principio, usaba una modesta bicicleta y una olla de peltre.
El negocio no es solo una tradición familiar, sino un tesoro de la ciudad. Hoy en día, es atendido por su hijo Carlos y sus sobrinas, quienes siguen cuidadosamente la receta original de «Don Marcelino». No solo sirven a los clientes de toda la vida, sino que también atraen a visitantes de todo el país que vienen especialmente a probar este elixir.
El tejuino se prepara con maíz amarillo nixtamalizado y piloncillo, se deja fermentar y se sirve con nieve, jugo de limón y sal. Además de ser refrescante en los meses de calor, es beneficioso para el estómago gracias a sus probióticos. Puedes disfrutarlo en tamaños que van desde chico hasta litros.
Cuando visites Guadalajara, no puedes dejar de conocer el Tejuino Marcelino y probar una receta que lleva más de 60 años deleitando los paladares de la ciudad.